Sudáfrica, sede de la próxima cumbre mundial contra el cambio climático, que se celebrará en noviembre, seguirá en el año 2030 con el 65 por ciento de su energía generada a base de carbón, según las autoridades.
Los suelos de Sudáfrica albergan una de las mayores reservas mundiales de carbón, con 53.000 millones de toneladas, que produce 6.000 millones de euros al año en exportaciones y genera, actualmente, el 90 por ciento de la electricidad del país.
Pero los beneficios que deja en la tierra tienen consecuencias fatales en el aire, pues su combustión libera a la atmósfera sulfuros, óxidos de nitrógeno, metales pesados, cenizas y dióxido de carbono (CO2), uno de los principales gases causantes del efecto invernadero y el calentamiento global.
Los datos de la Administración de Información de la Energía (EIA) de EEUU revelan que Sudáfrica emitió 451,2 millones de toneladas de CO2 en 2009, de las cuales 363,8 procedían de este combustible fósil.
La web del Departamento sudafricano de Asuntos Ambientales afirma que el país es responsable de casi la mitad de las emisiones del continente africano y ocupa el duodécimo lugar en el ránking de países contaminantes "debido a su dependencia del carbón".
La tasa de CO2 por habitante es mayor que la media europea y 3,5 veces superior a la de los países en vías de desarrollo.
El Gobierno prevé un aumento de temperatura de un grado en la costa y de tres en el interior para el año 2050, lo que supondrá una reducción de los recursos hídricos para la agricultura y el consumo humano y doblará la superficie expuesta a enfermedades tropicales como la malaria.
El calentamiento global "ampliará las desigualdades socio económicas y la pobreza", reconoce el Ministerio de Asuntos Ambientales, de un país en el que 26,2 por ciento de la población vive con menos de un euro al día, según los últimos datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El pasado 10 de mayo la demanda de electricidad llegó a los 35.000 megavatios, según Eskom, la compañía eléctrica estatal, y los meses más duros del invierno austral están aún por llegar.
Con 40.000 megavatios de potencia instalada, Eskom ya ha anunciado que los apagones de 2008, antes de la crisis financiera mundial, volverán a producirse durante el presente año.
Según el Plan de Recursos Eléctricos para el período 2010-2030, presentado por el Ministerio de Energía la semana pasada, el país necesitará otros 40.000 megavatios para satisfacer las necesidades de suministro.
Sudáfrica se ha comprometido a reducir sus emisiones hasta los 275 millones de toneladas anuales para 2025, con un aumento del 23 por ciento en su producción de energía nuclear y un 42 en renovables.
Aún así, 65 de cada 100 gigavatios generados en 2030 procederán de las centrales térmicas alimentadas por carbón, y solo un 9 por ciento lo hará de molinos de viento y paneles solares.
La próxima Cumbre del Clima tendrá lugar en la localidad sudafricana de Durban del 28 de noviembre al 9 de diciembre del 2011.
La cita sudafricana de la Conferencia sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (COP-17) tiene el reto de renovar los límites nacionales de emisiones de gases de efecto invernadero pactados en el Protocolo de Kioto, que expira en 2012.
El país tendrá que desengancharse definitivamente del carbón si la cuota se establece por debajo de 220 millones de toneladas anuales en 2020, según las previsiones del Plan de Recursos Eléctricos.
Sudáfrica, sin embargo, se resiste a dejar su dependencia y, el 28 de octubre de 2010, inauguró, en fase experimental, una central subterránea de gasificación de carbón, que envía las emisiones a un generador de gas y aporta 650 megavatios a la red de Eskom.