Latinoamérica tiene una realidad continental y subcontinental, absolutamente distinta del resto de los continentes o subcontinentes en el mundo. La diferencia fundamental está en la óptica o perspectiva de ver el mundo, intereses autóctonos o regionales, el fresco crisol de razas y etnias que habitan en ellas. Poseemos uno de los mayores pulmones vegetales, selvas y bosques del planeta al igual que la mayor cantidad de tierras que aun no han sido explotadas y disponemos de grandes recursos hídricos.
Es por eso que nuestras preocupaciones ambientales son específicas y las soluciones deben ser incluyentes, protectoras de todas las especies que vivimos y convivimos en esta parte del planeta. Sin embargo, vivimos la urgencia de atender los avances descontrolados de la deforestación de la Amazonía, las intervenciones humanas que aceleran las sequías de nuestros lagos y ríos, las grandes islas en tierra de desechos sólidos, la densa contaminación atmosférica por dióxido de carbono que ahoga nuestras urbes, entre otras. Estas especificidades ambientales, nos obligan ha replantearnos estrategias muy particulares para su abordaje.
La propuesta del Desarrollo Sustentable, impulsado desde la ONU, expresa la preocupación que ante el inminente agotamiento en el tiempo de los recursos naturales, producto del sobreconsumo, plantea un consumo más “equilibrado”, en función de garantizar a las nuevas generaciones, el disfrute de esos mismos recursos, de ese mismo bienestar. De inmediato, ese discurso “generacional”, fue acogido con aplausos y hurras y copiado, casi de inmediato, en cada una de las Constituciones de los países latinoamericanos. Hasta se organizaron Postgrados en Universidades de América Central y del Sur, para profundizar tan “apropiadas reflexiones”.
Este enfoque, sigue siendo hasta ahora, la columna vertebral del pensamiento ambiental y político que nos rige.
Pero de qué generaciones futuras habla esa propuesta?
De las futuras generaciones latinoamericanas o africanas?
Esa tesis, es la defensa de las generaciones futuras, pero de los hijos, nietos y bisnietos de los que nacerían en los países desarrollados. En nada o muy poco les importa, nuestras generaciones nativas, amerindias o africanas. Siguen creyendo, que la expresión de la vida, solo gira en torno a una especie, la que gobierna y dirige los países del “primer mundo”. Un planteamiento totalmente egocéntrico y excluyente.
Latinoamérica, requiere otro enfoque, orientado hacia un crecimiento responsable y de multiespecies. Pero para avanzar en esa dirección, tenemos que partir de la construcción de un nuevo discurso o reflexión sobre el tema ambiental, basado en nuestra propia realidad. Porque hasta ahora, hemos sido des asertivos en las soluciones de nuestros problemas ambientales, debido a que nuestra lógica para el análisis sigue soportada en la estructura conceptual de otras realidades ambientales.
Voy a valerme de un símil musical, para fijar la idea. La música hasta mediados del siglo pasado, solo podía escribirse, a partir de los ritmos binarios o ternarios (2/4, 4/4, 3/4) que son los utilizados en las marchas militares o valses, entre otros. Ante la imposibilidad de poder escribir, bajo esas mismas categorías los ritmos latinos y/o africanos, se repensaron y se crearon los ritmos compuestos (5/8, 6/8, 7/8, 10/8, 11/8…17/8), que no es más que la combinación o suma de múltiples maneras de los ritmos binarios o ternarios, y es a partir de ese entonces se pudo finalmente, interpretar nuestros ritmos en el mundo entero. Esto mismo sucede, cuando pretendemos analizar la realidad ambiental latinoamericana a partir de “ritmos marciales o vieneses”.
En el interés de contribuir a la construcción de un discurso ambiental latinoamericano y poder así desarrollar las herramientas de análisis necesarias para el diagnóstico y búsqueda de las eco soluciones, dejo al criterio de los lectores, estos conceptos como un aporte a ese glosario ambiental que requerimos.
Azul ambientalista: Nombre técnico del color del planeta tierra visto desde el espacio.
Eco soluciones: Estrategias para abordar con éxito acciones que permitan la protección de las especies y la recuperación de los espacios intervenidos.
Crecimiento responsable: Es la capacidad de los pueblos amerindios, africanos y asiáticos de cubrir sus necesidades de consumo, desde una visión biogeneracional.
Biogeneración: Es el derecho natural que tienen todas las especies de prolongar su existencia futura en las mismas condiciones que tiene en el presente.
Crecimiento Responsable Biogeneracional: Es la capacidad de los pueblos amerindios, africanos y asiáticos de cubrir sus necesidades de consumo, sin comprometer el futuro de todas las especies que interactúan en esas comunidades. Este concepto nace en contraste a la tesis del Desarrollo Sustentable creados por los pensadores de los países desarrollados para expresar su necesidad de controlar su actual sobre consumo, a fin de garantizar a sus futuras generaciones el disfrute de las mismas riquezas y recursos que en el presente obtienen de los territorios del Latinoamérica, África y Asia.
Iberoambientalistas: Ciudadanos del mundo de habla hispana que defienden los derechos naturales, presentes y futuros, de todas las especies que habitan el planeta.
Latinoambientalistas: Ciudadanos del subcontinente latinoamericano que defienden los derechos naturales, presentes y futuros, de todas las especies que interactúan en su comunidad o ecosistema.
Mexatmósfera: Es la intervención más agresiva de la atmosférica que tiene el Subcontinente americano en una urbe. Concepto creado en honor a la Ciudad de México, quien por su condición geográfica de valle entrampado entre montañas mantiene una contaminación fotoquímica que afecta al 80% de la población, con niveles de Ozono superiores a 0.30 ppm con partículas suspendidas de 10 micras.
Desertificación amazónica: Proceso inédito de desertificación que se produce en la amazonia, producto de la depredación, la deforestación, la biopiratería y las quemas.
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