Los vientos sobre el océano de la Antártida afectan a la capa superficial del mar que es la responsable de regular los cambios de calor y dióxido de carbono entre el agua y la atmósfera causando efectos negativos en la productividad biológica, según un estudio realizado por científicos australianos y estadounidenses.
La investigación, publicada en la revista Nature Geoscience, ofrece “nuevas claves” para el estudio de los procesos naturales que tienen influencia en el cambio climático. Además, demuestra que estos cambios modifican la cantidad de luz y nutrientes que son posibles para mantener el crecimiento del plancton en la base de la cadena alimenticia.
El director del artículo, el oceanógrafo del Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation (CSIRO), Jean-Baptiste Sallée, explicó que los vientos sobre el Océano Sur han aumentado en fuerza y se han desplazado hacia la Antártida en las últimas décadas. “El movimiento en los vientos es una de las más fuertes tendencias en el clima del hemisferio sur en los últimos 30 años”, indicó.
Según este trabajo, cuando los vientos se hacen más fuertes y se desplazan más cerca de la Antártida, la capa superficial se hace más profunda en los océanos al este de India y el Pacífico central y menos profunda en la parte oeste de estas cuencas. Los científicos revelan que lo contrario ocurre cuando los vientos se debilitan y migran hacia el norte.
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